martes, 4 de agosto de 2015

# 1.000 : A VIDA O MUERTE # - 1.001 películas que hay que ver antes de morir


Título película: A VIDA O MUERTE
Título original: A MATTER OF LIFE AND DEATH (STAIRWAY TO HEAVEN)
Año: 1.946
Duración: 104 min.
País: Reino Unido
Director: Michael Powell, Emeric Pressburguer
Guión: Michael Powell, Emeric Pressburguer
Música: Allan Gray
Fotografía: Jack Cardiff
Reparto: David Niven, Kim Hunter, Roger Livesey, Raymond Massey
Productora: Universal Pictures.
Género: Fantástico, Romance, Sobrenatural.
Premios: -
Nota FilmAffinity: 7,2 / (6 - Interesante)

Sinopsis:
El aviador británico Peter Carter, en su avión en llamas y a punto de estrellarse se enamora de la voz femenina que contesta a su mensaje de socorro. Milagrosamente, parece que se ha salvado y se encuentra a su interlocutora. Pero un enviado del más allá le notifica que está entre la vida y la muerte y que si quiere sobrevivir, tendrá que defender su caso ante un tribunal celestial.





Curiosidades:
* Debut cinematográfico de la actriz canadiense Louis Maxwell (19 años entonces), la inolvidable Srta. Moneypenny de la saga Bond desde 1962 hasta 1985.
* Michael Powell contrató a Kim Hunter por recomendación de Alfred Hitchcock.
* La escalera, llamada "Ethel" costó 3.000 libras de la época. Era mecánica y tenía 160 escalones, de 12 metros de ancho cada uno. La sensación de profundidad se logró colgando maquetas. Se encargó a la empresa que hacía las escaleras mecánicas del metro de Londres.
*El enorme escenario de la sala de juicios constaba de un escenario de 107 metros de largo por 12 de alto. Ocho escenarios de tamaño parecido completaban los decorados del otro Mundo, que constó de 29 sets y alojó a casi 6.000 extras.
* Siempre se ha discutido sobre si las visiones del personaje que interpreta Niven son reales o fruto de su lesión cerebral. El hecho es que los datos médicos usados en la película son reales y exactos. Emeric Pressburguer fue el responsable de estos, leyendo tratados médicos en la British Library y consultando las dudas al cuñado de Michael Powell, que era cirujano plástico.
* Una de las transiciones de la película, la de la niebla y la playa, fue fruto de la simplicidad más absoluta. Al principio se pensó en un fundido en negro, pero Powell no estaba satisfecho. Entonces, el director de fotografía, Jack Cardiff le dijo a Powell que se pusiera detrás de la cámara y le tiró el aliento a la lente. Powell quedó encantado con el efecto.
* La premiere de la película fue la primera donde asistieron los reyes de Inglaterra.


# 1.001 : AKIRA # - 1.001 películas que hay que ver antes de morir


Título película: AKIRA
Título original: AKIRA
Año: 1.988
Duración: 124 min.
País: Japón
Director: Katsuhiro Ôtomo
Guión: Katsuhiro Ôtomo, Izo Hashimoto (Manga: Katsuhiro Ôtomo)
Música: Shoji Yamashiro
Fotografía: Animación
Reparto: Animación.
Productora: Akira Committlee
Género: Animación, Manga, Cyberpunk, Futuro postapocalíptico.
Premios: 1989 - Festival de Annecy: Sección oficial largometrajes a concurso.
Nota FilmAffinity: 7,6 / (7 - Buena)

Sinopsis:
Año 2019. Neo-Tokyo es una ciudad construida sobre las ruinas de la antigua capital japonesa destruida tras la Tercera Guerra Mundial. Japón es un país al borde del colapso que sufre continuas crisis políticas. En secreto, un equipo de científicos ha reanudado por orden del ejército un experimento para encontrar a individuos que puedan controlar el arma definitiva: una fuerza denominada "la energía absoluta". Pero los habitantes de Neo-Tokyo tienen otras cosas de las que preocuparse. Uno de ellos es Kaneda, un joven pandillero líder de una banda de motoristas. durante una pelea, su mejor amigo, Tetsuo, sufre un extraño accidente y termina ingresado en unas instalaciones militares. Allí los científicos descubrirán que es el poseedor de la energía absoluta. pero Tetsuo, que no se resigna a convertirse en un conejillo de indias, muy pronto se convertirá en la amenaza más grande que el mundo ha conocido



                   


Curiosidades:
* Uno de los grandes éxitos del cine de animación japonés, basado en un popular cómic del propio director Otomo, uno de los dibujantes más conocidos de Japón. En un intento por sobrepasar fronteras, "Akira" fue en toda regla una superproducción del país asiático (costó 10 millones de dólares) que obtuvo excelentes críticas tanto por su impactante historia como por su impecable e imaginativo estilo visual. En definitiva, una obra clave del cine manga que obtuvo una notable influencia en gran parte del cine de animación y digital asiático de los noventa.
* AKIRA fue la primera película de animación que analizó los movimientos de la boca de los diálogos, para sincronizar y dotar de mayor realismo a los personajes cuando dialogaban. se usó el pre-scoring, que es una técnica que ya utilizaba disney en la industria norteamericana, en la cual las voces de los personajes son grabadas antes de la animación.
* La película se estrenó cinco años antes de que el manga terminara, es por eso que muchas partes de la historia cambian. Fue el mismo autor del cómic el que adaptó, escribió, produjo y dirigió su historia a la gran pantalla.
* La película está compuesta por 2.212 planos distintos (tres veces más de lo habitual en un largometraje) y se emplearon 327 colores para pintarlos (50 de ellos fueron creados especialmente para la ocasión).
* Años después de que se lanzara el manga, se hizo un modelo idéntico a tamaño real de la moto de Kaneda.
* Una secuencia de 2 segundos de la película fue usada en el video de Michael Jackson "Scream". El fragmento utilizado es parte de la escena en la que Tetsuo descubre su capacidad para volar.
* En la escena en que los juguetes suben a la cama de Tetsuo, uno de los muñecos es tambor, el conejo de "Bambi".
* En los años 90, Sony pensó en una versión de la película con actores reales, pero desistió del empeño cuando se estimó un presupuesto para el proyecto que ascendía a 300 millones de dólares.


La insoportable levedad del ser

Se suele decir que el ser humano es impredecible, pero no lo es tanto. Está capacitado para hacer algo de bien y bastante de mal. Somos parte de la evolución, tal como nos enseñó Darwin. Procedemos de una familia de simios que aprendió a erguirse y caminar sobre dos piernas, aprendió a utilizar herramientas para su propio beneficio y el de su comunidad y obtuvo la capacidad de imaginar, crear, hablar, construir el mundo a su antojo y, es posible, que tenga la oportunidad de acabar también con él.

En esa evolución de animal a ser humano, no solo perdió el pelo y la cola. También perdió el instinto natural de sobrevivir. Claro está, lo perdió parcialmente, pues de haber sido por completo los bebés no sabrían, por ejemplo, succionar para alimentarse. Somos capaces de hacer cosas inimaginables para muchos de nuestros semejantes y, sin embargo, dependemos totalmente de nuestros papás -especialmente de la madre- para sobrevivir.

Un bebé no es capaz de buscar y encontrar la fuente de su alimento, a diferencia de los animales mamíferos que por sí solos encuentran el pezón de su madre para comenzar a mamar. No caminan ni se mueven ni retienen el calor por sí solos. Dependen absolutamente de todo para sobrevivir. Aprenden rápido, eso sí. 

Una nueva vida se cuenta por horas de existencia. Las más críticas, absorbentes e intensas. Más tarde el tiempo se cuenta por días. Lucas en estos momentos tiene diez días de vida, a pocas horas de cumplir once. Posteriormente, cuándo nos pregunten cuánto tiempo tiene, contestaremos que dos semanas; pasaremos a meses y durante la mayor parte de su vida, celebraremos cada vez que cumpla un año de vida. Festejaremos, con la compañía que busquemos en cada etapa de nuestra vida, los años que ya ha vivido y desearemos al soplar las velas que nos queden muchos más por delante para disfrutar.

Horas. Días. Semanas. Meses. Años... Después sólo nos quedarán instantes. Recuerdos de los momentos vividos. Imágenes en movimiento que se quedaron en nuestra memoria impregnando nuestra vida y formando nuestra personalidad.

La vida es cíclica, siempre. Cuando somos mayores, dejamos de tener ilusión en vivir o, si más no, en cumplir años. Vemos el futuro más cercano. Pensamos en estar sanos para poder asistir a una boda de tu nieta dentro de dos meses, en ir al endocrino la semana que viene, en que nos venga a visitar nuestros hijos el próximo fin de semana, en que el dolor de pecho se me pase en unas horas, en sentir el cálido beso de amor en el último suspiro de nuestra vida. Después, solo quedarán instantes.

Vivamos intensamente. Disfrutemos la vida con las personas que queremos. Llenemos nuestra vida de infinitos instantes, para que cuando desaparezcamos de este mundo y sólo queden de nosotros esos instantes, sean tantos que puedan llenar la vida de nuestros hijos.

Si fuera creyente, acabaría este improvisado sermón con un Amén, pero prefiero concluirlo con un Carpe Diem.

Vivir

Qué intensa puede tornarse la vida que vivimos. A propósito de la teoría de la relatividad, Albert Einstein dijo en una ocasión que "cuando cortejas a una bella muchacha, una hora parece un segundo; pero si te sientas sobre carbón al rojo vivo, un segundo parecerá una hora. Eso es la relatividad".

Cuando nació Lucas, estábamos agotados y excitados. Llevábamos días sin descansar bien, sobretodo debido al sofocante calor que estábamos padeciendo. Este verano ya íbamos por la tercera ola de calor de la temporada, algo inusual desde hacía años. La espera hasta entrar en la sala de partos se nos hizo eterna, deseábamos que empezase cuanto antes todo el proceso. Estábamos impacientes de conocer a nuestro hijo, verle la carita y poderle tocar con nuestros dedos.

Al fin llegó el momento y exprimimos cada minuto de esa noche a contemplarlo, calmarlo, alimentarlo, calentarlo, abrazarlo y mimarlo. También a asimilar lo que estábamos viviendo. Aquello era nuestro, de nadie más. Lo habíamos creado nosotros y era parte de cada uno de nosotros dos. Desde ese momento todo cuanto viviéramos, lo compartiríamos con él; del mismo modo que, todo lo que él aprendiera, lo disfrutaríamos nosotros.

Los primeros días en el hospital no parecían pasar. Las manecillas del reloj discurrían lentamente. Dejo de existir de un plumazo la noche y el día. Todos los minutos del día se dedicaban a él. Todo giraba en torno a Lucas. Sólo éramos conscientes de la llegada de la noche cuando nos quedábamos solos los tres en la frágil tranquilidad de la misma. Fueron momentos de aprendizaje continuo, de saber interpretar los llantos del bebé y lo que parecía necesitar en cada momento.

Un bebé solo duerme y se alimenta, pero algo que parece tan sencillo, no lo es en absoluto. Alimentarlo puede volverse una odisea si no se es paciente. Es estresante cuando no consigue engancharse a la teta para mamar o cuando después de haber estado una eternidad alimentándose, vuelve a llorar porque se ha quedado con hambre. Dormir también tiene su particularidad, pues un bebé solo sabe llorar para expresar hambre, incomodidad, frío, miedo, rabia, tristeza, sueño, dolor... Aprender a interpretarlo es cuestión de observación, un constante prueba y error, empatizar con la criatura y, sobretodo, armarse de  paciencia.

Paciencia. A veces es muy difícil tenerla, mantener la calma y no coger una rabieta. Las noches pueden ser duras. Intento canalizarla de la mejor forma posible, pero en ocasiones me puede más la desesperación de no saber porqué llora, brama o grita. El escritor británico, Walter Scott tuvo la siguiente reflexión: "el que sube una escalera debe empezar por el primer peldaño". Ahí es donde nos encontramos ahora su mamá y su papá.


lunes, 3 de agosto de 2015

El Nacimiento de Lucas

En la revisión semanal del pasado jueves 23 de julio, tras la monitorización de las constantes del bebé y la ecografía, pasamos a consulta y se nos animó a ingresar esa misma tarde a las 20 horas para iniciar el procedimiento de inducción al parto, debido al poco peso estimado del bebé. 

Así, esa misma tarde ingresamos en el hospital Parc Taulí de Sabadell, donde Regina fue medicada para preparar el cuello del útero durante la noche para inducirla por la mañana. Estaba previsto que el viernes 24 de julio, sobre las 7 horas 30 minutos se iniciara la medicación, pero esa mañana las salas de parto estaban al completo y no entramos en la nuestra hasta pasadas las 13 horas.

Sobre las 13 horas 30 minutos, la comadrona, llamada Meritxell, provocó manualmente la rotura de aguas. A las 14 horas comenzó la dosificación controlada de oxitocina para iniciar las contracciones con el fin de reubicar al bebé y preparar el cuerpo para el parto.

En todo momento estuvo monitorizado Lucas para saber cómo iba evolucionando y cada dos horas la ginecóloga exploraba a Regina para ver cómo se iba desarrollando la colocación del niño, la rigidez del cuello del útero así como la dilatación del mismo. 

Ya nos avisaron de que el parto sería largo, ya que la duración media del mismo era de unas doce horas.

A las 20 horas hubo cambio de comadrona y la que nos asistió era también otra jovencita, llamada Júlia.

Todo se precipitó a los 00 horas 05 minutos, cuando la ginecóloga en otra exploración rutinaria sonrió y nos dijo que ya estaba todo a punto, que nos preparásemos para empujar. Me animó a ver la cabecita del bebé y después volví para ayudar a la mamá a empujar desde su espalda.

Lucas nació a las 00 horas 32 minutos del sábado 25 de julio de 2015. Día en el que también celebrábamos nuestro primer aniversario de boda. Él fue el mejor regalo que hubiéramos podido desear si nos lo hubieran preguntado días después del enlace. En el mismo instante en que lo colocaron sobre el cuerpo de su mamá, comenzó una tormenta de rayos, truenos y mucha agua. Las enfermeras salieron corriendo para ver si estaba entrando agua en los pasillos, pues la lluvia era muy intensa. No sé lo que duró, porque a partir de ese momento, el tiempo y el mundo pareció detenerse a nuestros ojos.

Pesó 2.890 gramos, así que no era tan chiquitín como se esperaba. Era larguirucho, pues midió 52 centímetros. Nos dejaron dos horitas a solas con él, disfrutando del momento, sin parar de contemplarle y tocarle, sobre el cuerpo desnudo de su mamá y dándole por primera vez el pecho.

Pasadas las 03 horas de la madrugada, nos acompañaron a planta, a la habitación 314, donde la familia esperaba impaciente, orgullosa y emocionada, después de un larguísimo día.

Lucas ya estaba aquí y no éramos conscientes todavía del cambio de nuestra vida. Nos dimos cuenta en las horas siguientes...


domingo, 19 de julio de 2015

Inside Out (Del revés)

El viernes 17 de julio fuimos al cine a ver la última joya de Pixar, "Del revés". La historia está escrita y dirigida por Pete Docter, que previamente había realizado "Monstruos, S.A." (2001) y "Up" (2009). La historia es muy compleja, pues trata de explicar los cambios emocionales que experimenta una niña de once años cuando se muda con su familia a San Francisco. Los personajes se encuentran en la cabeza de la protagonista y son los responsables de sus emociones: Alegría, Ira, Tristeza, Miedo y Asco.


Como es habitual, la película fue precedida por la proyección de un corto. En esta ocasión fue "Lava", un musical que cuenta la historia de amor a través de millones de años en una isla tropical y cuyo protagonista es un volcán que ansía la compañía de alguien a quien amar. Tras siete minutos de empalagosidad hasta la médula espinal, en la que el cine enmudeció afectado por un pico de glucosa en sangre, comienza el largometraje. 

Se trata de hora y media de puro arte visual y narrativo. Los niños se lo pasarán en grande con unos personajes  muy vistosos y un ambiente súper colorido, al más puro estilo "Up", aunque se perderán muchos detalles de la historia. Algo que los adolescentes y adultos disfrutarán mucho más por ser compleja y estar repleta de "gags" que nos sacarán más de una sonrisa y muchas más lágrimas. 


Pues la historia trata de eso. De sentimientos y emociones. De los recuerdos simples de nuestra niñez, en que las cosas nos provocaban sencillamente alegría, ira, miedo, asco o tristeza. Cuando dejamos de ser niños las cosas se complican mucho más y pasamos de un estado a otro sin explicación. En la película, esto se representa muy bien, con la dualidad de los dos personajes más importantes de la historia, que son Alegría y Tristeza, dejando en un plano menos importante al resto de sentimientos. La vida será una constante sinergía entre risas y lágrimas.


Además la consola que se encuentra en el Centro de Mando de las Emociones es cada vez más grande y compleja, para mantener y controlar los constantes cambios de humor y emociones de la adolescente.


Volviendo a los personajes, cada uno de ellos representa una emoción y están inspirados en aquello que quieren transmitir. Así, Alegría es una estrella, Asco es un brócoli, Ira es un ladrillo, Miedo es un nervio y Tristeza es una lágrima. Todos los personajes son monocromáticos: Ira es rojo, Tristeza es azul, Asco es verde y Miedo es violeta; salvo Alegría que es la única que está compuesta por dos colores, el amarillo y el azul. Esto es porque Alegría necesita de Tristeza para ser feliz, ya que no puedes serlo si antes no has superado los problemas.


Otro detalle visual más a destacar de los personajes es la vestimenta de cada uno de ellos. Si nos fijamos bien  veremos que Alegría se parece a Campanilla o a cualquier hada que nos podamos imaginar. Tristeza viste como la típica memo y Miedo como un nerd incapaz de socializarse. Asco viste como las chicas que se creen guay en el instituto porque llevan un pearcing o llevan sombra de ojos. Por último Ira representaría a un empresario o al típico padre estricto. Estos detalles son solo un ejemplo, de la cantidad de cosas que podemos extraer de la película y hacen que ésta sea enormemente rica en todos los aspectos. 

¡ Disfrutad de la película !


viernes, 17 de julio de 2015

El peso del corazón (Rosa Montero)


Acabo de leer este libro que es el segundo de la trilogía de Rosa Montero, cuya protagonista es la detective replicante Bruna Husky. Lo compré el día 25 de junio en Sabadell, cuando aún estaba leyéndome el primero. El título del libro hace referencia a un fragmento de la obra literaria 'Macbeth' de William Shakespeare, que dice así:

"¿No puedes curar una mente enferma, arrancar de su memoria una pena arraigada, borrar las angustias grabadas en el cerebro y, con algún dulce antídoto de olvido, limpiar el pecho oprimido de las materias peligrosas que pesan sobre el corazón?"

Dejo un extracto del libro de Rosa Montero, por si alguno se anima a leerlo. La historia transcurre tan solo cinco meses después del final de la historia de la primera novela.


"Voy a contarte algo que creo que te va a interesar... -prosiguió el hombre-. Hace cinco años, cuando tenía veintiséis, sufrí una embolia cerebral. Quizá fuera causada por el desorden TP, porque acababa de dar un salto de teleportación. El caso es que me trataron a tiempo y no quedaron secuelas... salvo una. Olvidé mi infancia. Toda mi infancia. No recordaba nada antes de los ocho o nueve años. Me puse a reconstruir el tiempo perdido con vídeos de mi niñez, con lo que mi familia me contaba; y luego, muy pronto, comenzaron a venir los recuerdos, montones de recuerdos llenando las lagunas de mi cabeza. pero entonces descubrí que todas esas reminiscencias eran falsas; pruebas documentales me demostraron una y otra vez que mis supuestos recuerdos eran en realidad construcciones imaginarias, cuentos que mi cerebro herido inventaba afanosamente para cerrar el agujero, para llenar el insoportable vacío. Porque el cerebro humano es un mago, un prestidigitador, un narrador incontinente que reescribe de forma constante la realidad, que nos la traduce y la reinventa  Y, en mi caso, ese trazo está llevado hasta el paroxismo. Ahí sigue, sólida y bien asentada en mi cabeza, esa memoria irreal, esa infancia fingida rica en intrincados detalles y llena de color y de emoción. Soy como tú, Bruna."


Exposición pictórico-literaria en Zaragoza

Con motivo de la exposición que mi suegro tiene en Zaragoza, me sugirió que escribiese unos relatos cortos inspirados en los personajes de sus pinturas, que fueron recogidos en un tríptico elaborado por Berta y que están a disposición de cualquier asistente a la sala.

Estos son los cuentos que escribí. Los cuadros son de Antonio de la Iglesia.


1. LLUEVE SOBRE MOJADO

Notaba el tímido impacto de las gotas en su cara. La temperatura había descendido apenas unos grados, a pesar de que el sol estaba desapareciendo en la lejanía. Las lágrimas afloraban a sus ojos y resbalaban camufladas por la lluvia a través de los surcos de su castigado rostro. Contemplaba el pesaroso movimiento de sus pies arrastrándose por el terroso sendero del jardín. Sus labios dibujaban una extraña mueca y jadeaba arrítmicamente, mientras apretaba los puños con más fuerza de la esperada en una mujer de tan frágil apariencia. En tardes húmedas y sombrías como aquella no podía evitar pensar en su marido. Le recordaba las sufridas palizas recibidas, cómo escapaba corriendo de su hogar y sólo la lluvia pretendía ocultar las heridas de su cuerpo. El odio que sentía la mantenía viva, y la muerte de su marido le proporcionaba el alivio anhelado durante tantos años.


2. CUANDO SÓLO NOS QUEDA VIVIR

Noventa y dos años. La vida ha sido buena conmigo. Un marido que me quiso más de lo que yo le hubiera podido querer, si alguna vez lo hubiera intentado. Un hijo arquitecto que vive en Rio de Janeiro, donde se está forjando lo que seguro será una efímera carrera. Una hija enfermera que pasa el día exprimiendo las secas venas de las arpías compañeras de esta residencia. Hoy es mi cumpleaños y han venido a verme acompañados de mis nietos. Esos niños consentidos, caprichosos y llorones. Me llenan la cara de babas mientras me observan en silencio con ojos tristes y deseando marcharse porque sus padres les han prometido un helado si se portan bien. Me ponen la cabeza loca con historias que me importan más bien poco mientras les sonrío y asiento esporádicamente. Menos mal que no les oigo. Me he quedado sin pilas en el audífono y no pienso decírselo a nadie.



3. TARDE DE TOROS

La camisa estaba empapada de sudor. Hacía mucho calor y le escocían los ojos por el reflejo del sol en la arena de la plaza. El toro aguantaba con bravura el estrés que le producían las sangrientas heridas en el lomo, causadas por los banderilleros. Se disponía a terminar la faena. En esos momentos sólo existían ella y el toro. El resto era silencio. Pero aquella tarde todo era distinto. Le había costado mucho desenvolverse en ese mundo machista del toreo. Apenas habían pasado cinco años desde que debutara en Las Ventas de Madrid. Disfrutaba con su trabajo más que cualquier hombre. Luchó contra todos durante años y ahora ocultaba un secreto inconfesable. Sabía que sería su última corrida. Miraba fijamente a los ojos del animal e instintivamente pasó una mano por su vientre para calmar a su hijo, al que sentía agitarse inquieto en su interior. El toro movía la cabeza poseído por la rabia. La torera ocultaba el estoque con la muleta. Respiró con fuerza y alzó la alargada espada por encima de su cabeza y realizó un elegante movimiento de muñeca con la otra mano. El toro respondió al movimiento de la muleta acercándose a ella arrastrando prácticamente el morro en la arena. El estoque penetró sin esfuerzo en el cuerpo del animal, al mismo tiempo que sintió una violenta cornada en su vientre. El toro se desplomó sin vida. Ella cayó de rodillas con las manos ensangrentadas mientras su vientre se vaciaba sobre la fina arena de la plaza.



4. ENTONCES, ROMPIÓ A NEVAR

Mis abuelos vivían en la calle del Cementerio, así llamada porque se trataba de una cuesta inmensa que empezaba nada más entrar en el pueblo y finalizaba a las mismas puertas del campo santo. Mi casa estaba en el callejón de las Nieves, una de las bifurcaciones de la anterior.
Nací el día de Santiago, durante las fiestas patronales. Me iban a llamar como a él. Pero acabé llamándome Lucas, como mi progenitor.
Tras comprobar que todo había ido bien y que yo era un niño sano y gordo, mi padre fue a la cantina de mis abuelos a celebrarlo con sus amigos, como hacían los hombres de aquellos tiempos. Interrumpiendo risas, abrazos y brindis, entró un desconocido vestido de guardia civil y, aturdido por su propia borrachera, le disparó dos tiros en la cabeza. Aquella tarde, en el corazón del mes de julio, rompió a nevar.



5. ANDRÉS LE LLAMABAN

No conocí a mi padre. Me criaron mis abuelos aunque fui un niño difícil. No tenía amigos en el colegio, pues los niños se burlaban de mí por no tener un padre como ellos. Mamá se pasaba por casa de vez en cuando. En ocasiones sola, y otras veces acompañada de algún nuevo novio. Siempre era cariñosa conmigo pero apenas  pasaba tiempo con ella. Cuando fui más mayor, me contaron que mi padre nos abandonó cuando tenía dos meses. La boda con mi madre fue una farsa. Ella estaba embarazada de mí y estaba locamente enamorada. Él sólo sentía pasión por las matemáticas. Su amor eran los números y su vida el producto de esa exitosa operación. Apenas siete meses antes mi madre había recibido una jugosa herencia de su difunta madrina. Una vez que fueron firmados los papeles del matrimonio, no pasó mucho tiempo hasta que mi padre desapareció al mismo tiempo que varios ceros de la cuenta corriente familiar.



6. UN REGALO INSÓLITO



Por fin tenía en mis manos un libro electrónico. Javier, mi nieto, me lo trajo por mi septuagésimo cumpleaños. Insiste en que es una cosa utilísima para tener mis libros al alcance de la mano sin arrastrar tanto peso.

Me hago la ilusionada, como no, pero la verdad es que va a acabar en el cajón cogiendo polvo junto a los demás cachivaches que me ha ido trayendo a lo largo de los años.

No es que no me gusten, no, pero es que quizá el que todos mis libros estén en braille y que mi perro sea un lazarillo debería darle una sutil pista. No me quejo porque es un buen chaval, pero no puedo evitar pensar en lo tonto que es a veces.

lunes, 13 de julio de 2015

93,93 % ... Loading ... Lucas

Semana 38.

Lucas tiene un peso estimado de 2.400 gramos. El cálculo se obtiene de unas tablas en función de la longitud del fémur, el diámetro biparietal y la circunferencia abdominal; y tiene un error de +/- 400 gramos.

Es un poco pequeñito según las medidas estándar que están publicadas y que siguen los médicos. Se trata de las tablas de Hadlock. Según estos ábacos se encontraría en el percentil 5. Durante todo el embarazo (a partir de la segunda ecografía) se ha mantenido en estos valores, sin estancarse, cogiendo peso poquito a poco.

En la última revisión que nos hicieron el pasado jueves, nos confirmaron que todo seguía estando bien, pero que al estar por debajo del percentil 10, que es el mínimo estandarizado, una vez se cumpla la semana 40 de embarazo, no dejarán que pase las dos semanas de margen, hasta la 42. Si la mamá no se pone de parto antes, nos citarán para un día próximo a la fecha prevista de parto (30 de julio) y le inducirán a ello con oxitocina.

Las próximas dos visitas programadas son este jueves y el de la semana que viene. En esa última, lo volverán a pesar y supongo nos darán fecha para el esperado nacimiento.

Lucas está llegando... Muy posiblemente este mismo mes de julio.

Nos quedan 17 días para la FPP (fecha prevista de parto).

martes, 30 de junio de 2015

Hay un tiempo para todo

Salomón, hijo del rey David, fue el tercer y último monarca del reino unido de Israel, antes de la división del territorio israelita en los reinos de Judá e Israel, en el siglo XI antes de Cristo. Gobernó durante cuatro décadas con las duras leyes de Javhé, pero al final de su vida abrazó a otros dioses. De él es esta reflexión, escrita hace unos tres mil años.
 
 
Todo tiene su momento oportuno; hay un tiempo para todo lo que se hace bajo el cielo:
un tiempo para nacer, y un tiempo para morir;
un tiempo para plantar, y un tiempo para cosechar;
un tiempo para matar, y un tiempo para sanar;
un tiempo para destruir, y un tiempo para construir;
un tiempo para llorar, y un tiempo para reír;
un tiempo para estar de luto, y un tiempo para saltar de gusto;
un tiempo para esparcir piedras, y un tiempo para recogerlas;
un tiempo para abrazarse, y un tiempo para despedirse;
un tiempo para intentar, y un tiempo para desistir;
un tiempo para guardar, y un tiempo para desechar;
un tiempo para rasgar, y un tiempo para coser;
un tiempo para callar, y un tiempo para hablar;
un tiempo para amar, y un tiempo para odiar;
un tiempo para la guerra, y un tiempo para la paz.
 
 Libro de Eclesiástico, 3, 1-11

lunes, 29 de junio de 2015

Lágrimas en la lluvia (Rosa Montero)



Acabo de leer este libro que forma parte de la trilogía de Rosa Montero, cuya protagonista es la detective replicante Bruna Husky. Lo compré el mismo día que Look se fue para siempre y al que dediqué unas palabras detrás de la portada. El título del libro hace referencia al reconocido monólogo que dice el replicante al final de la película Blade Runner, basado en el libro ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? de Philip K. Dick. 

Dejo un extracto del libro por si alguno se anima a leerlo. Precisamente una parte donde se hace referencia a la película de Ridley Scott y protagonizada por Harrison Ford. Por cierto que la historia tiene lugar en Madrid, año 2109.
 

  




"Empezó a llover. El cielo era un cambiante remolino de ennegrecidas nubes y las gotas golpeaban el cristal de la ventana. Un día, Yiannis le había mostrado a Bruna la vieja y mítica película del siglo XX en donde se hablaba por primera vez de los replicantes. Se titulaba Blade Runner. Era una obra extraña y bienintencionada hacia los reps, aunque le resultó algo irritante: los androides tenían poco que ver con la realidad y, por lo general, eran más bien estúpidos, esquemáticos, aniñados y violentos. Por no mencionar a una tecno rubia que daba volteretas como una muñeca articulada. Aún así, en la película había algo profundamente conmovedor. Bruna se había aprendido de memoria el parlamento que decía el rep protagonista antes de fallecer, en la lluviosa azotea: "Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión. He visto Rayos-C brillar en la oscuridad cerca de la Puerta de Tannhauser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo como lágrimas en la lluvia. Es hora de morir." Y entonces inclinaba la cabeza y moría tan fácilmente. Tan fácilmente. Como un aparato eléctrico que alguien desenchufaba. Sin sufrir el tormento del TTT (Tumor Total Tecno). Pero sus poderosas palabras reflejaban maravillosamente la inconsistencia de la vida... De esa sutil y hermosa nimiedad que el tiempo deshacía sin dejar huella. Inclinaba la cabeza el rep de Blade Runner y moría, mientras la lluvia resbalaba por sus mejillas ocultando quizá sus últimas lágrimas."





martes, 23 de junio de 2015

Continúa la competición

El hecho de que mi hermano haya estado en la Universidad, me ayudó a sobrepasarle en el logro de trofeos de los juegos de la PS3 y de la PSVita. Una vez logré el primer platino, cuando Carlos estaba a punto de conseguir su cuarto, fue el punto de inflexión en la gran remontada. En estos momentos él tiene 12 y yo 14. Tengo que aprovechar ahora que se ha ido a trabajar al chiringuito de Cadaqués todo el verano. Pero me temo que tendré distracciones muy pronto en casa.
 

 



Desde agosto del 2.013 voy por delante de él en número de trofeos conseguidos, alcanzando una diferencia entre ambos de 389 trofeos en febrero y marzo de este año. Ahora mismo la diferencia es de 324 trofeos.

ALBERTO:
1.793 trofeos (14 platinos + 83 oros + 345 platas + 1.351 bronces)

CARLOS:
1.469 trofeos (12 platinos + 68 oros + 268 platas + 1.121 bronces)




 

Avances en el tratamiento de la Diabetes

¿Adiós a las dolorosas inyecciones de insulina? Ese es un posible escenario si se confirma la eficacia del primer parche de insulina inteligente que han desarrollado investigadores de la Universidad de Carolina del Norte (EE.UU.). El parche puede detectar los incrementos en los niveles de azúcar en sangre y, si es necesario, administrar las dosis de insulina necesarias en el torrente sanguíneo.
Del tamaño de una moneda pero cuadrado, el parche tiene más de un centenar de agujas diminutas. Estas «microagujas», casi tan grandes como una pestaña, contiene microscópicos habitáculos que almacenan la insulina y las enzimas que detectan la glucosa y, cuando los niveles de azúcar en la sangre son demasiado altos, liberan la cantidad de insulina necesaria.
 
El nuevo parche ya ha demostrado su eficacia en animales: tal y como se publica en la revista «PNAS», su uso redujo la glucosa en sangre en un modelo de ratón de diabetes tipo 1 durante de nueve horas. Y aunque se necesitarán más pruebas preclínicas y ensayos clínicos en humanos antes de que el parche se pueda administrar a los pacientes, el enfoque resulta prometedor.
 
 
 

Biocompatibles


«Hemos diseñado un parche para la diabetes que trabaja rápido, es fácil de usar, y está hecho de materiales no tóxicos y biocompatibles», subraya Zhen Gu, de la Universidad de Carolina del Norte. Y añade: «Todo el sistema se puede personalizar para tener en cuenta el peso de la persona diabética y la sensibilidad a la insulina, así que podríamos hacer al parche todavía más inteligente».
La diabetes afecta a más de 387 millones de personas en todo el mundo y se espera que ese número aumente a 592 millones para el año 2035. Los pacientes con diabetes tipo 1 y diabetes tipo 2 avanzada tratan de mantener sus niveles de azúcar en la sangre mediante el control de su glucosa en sangre y el uso de inyecciones de insulina, un proceso que es doloroso e impreciso. Y, como apunta John Buse, «la administración de la cantidad incorrecta de la medicación puede llevar a complicaciones como la ceguera y amputaciones de las extremidades, o incluso consecuencias más desastrosas como comas el coma diabético o la muerte».
Una de las opciones para evitar los posibles errores humano son los «sistemas de circuito cerrado» que se conectan directamente a los dispositivos que hacen un seguimiento de azúcar en la sangre y administran la insulina. Sin embargo, las bombas de insulina necesitan sensores y bombas mecánicas, con catéteres con punta de aguja que tienen que ser ubicados debajo de la piel y se sustituyen cada pocos días.
 

Células beta

En lugar de inventar otro sistema completamente artificial, los investigadores decidieron emular a los generadores de insulina natural del cuerpo, es decir, a las células beta. Estas células fabrican y almacenan la insulina en pequeños sacos llamados vesículas, y también actúan como sensores de glucosa. «Hemos construido vesículas artificiales para realizar estas mismas funciones mediante el uso de dos materiales que podrían biocompatibles», explica el primer autor Jiching Yu. Los materiales son el ácido hialurónico o HA y 2-nitroimidazol o NI. Los investigadores combinaron ambos para crear una nueva molécula.
«La parte más difícil en el manejo de la diabetes no son las inyecciones de insulina, los controles de azúcar en la sangre, o la dieta, pero el hecho de que haya que hacerlo varias veces al día todos los días afecta la calidad de vida», señala Buse. «Si podemos hacer que estos parches sean eficaces en personas, habremos dado un gran paso». Su objetivo final es el desarrollo de un parche de insulina inteligente que los pacientes sólo tendrían que cambiar cada pocos días.
 

lunes, 22 de junio de 2015

86,42 % ... Loading... Lucas.

Lucas. Semana 35. Doscientos cuarenta y dos días han pasado desde la fecha de la última menstruación de la madre, corregida por los médicos (23 octubre 2014), con el objetivo de afinar la edad gestacional del bebé para los controles de las medidas anatómicas y estimación de peso que se realizan cada dos semanas.
 
El embarazo se nos hace largo a todos. A los futuros abuelos y tíos, así como a nosotros, sus papá y mamá. Por muchos motivos. Principalmente, porque estamos todos de estreno. Nos estrenamos en este nuevo rol familiar. Es el primer hijo, primer nieto, primer sobrino. Largo porque el embarazo tiene una duración de diez meses lunares, es decir, 10 meses de 28 días; o lo que es lo mismo, nueve meses y una semana. Se hace pesado porque Lucas cada vez ocupa más espacio y porque llevamos casi dos meses de insufrible calor.
 
Quedan 38 días para la fecha prevista del parto, que se estima para el día 30 de julio.
 
Ya lo tenemos todo bien preparado para cuando esté con nosotros. Su cuarto está listo para entrar a vivir. Dispone de un montón de ropita, su armario y cómoda con cambiador, su moisés y cuna, la decoración de la habitación, la mochila y el cochecito para salir a pasear, el Maxicosi para viajar en nuestro coche, la bañera y los utensilios para el aseo personal, los primeros pañales...
 
Sólo nos faltas tú, Lucas.

jueves, 18 de junio de 2015

Se acerca el Invierno...

Y es que a pesar de que ya nos estemos acercando al solsticio de verano, que da inicio a esa estación del año, la verdad es que el calor se ha adelantado sobremanera desde el pasado mes de mayo. Los días son más largos y luminosos, y ello invita a disfrutar más de la vida. Una vida que va pasando lentamente, pero sin pausa, y que siempre sorprende para bien o golpea fuertemente para que no te duermas en los laureles.
 
El viernes día 12 de junio operaron a mi padre por un problema cardíaco, después de estar ingresado durante una semana para tenerlo controlado y evitar complicaciones de salud. La operación, aunque complicada y extensa en el tiempo, resultó un éxito ya que consiguieron repararle el daño sin tener que recurrir a la tecnología mecánica, que tantas vidas puede salvar en ocasiones y volverse traicionera en otras tantas. Pasó varios días en la Unidad de Cuidados Intensivos especial para recién operados de cardiología y todo ha evolucionado favorablemente, encontrándose él mismo muy contento por cómo se había solventado el problema y con ánimos para continuar con una vida normal. Desde el lunes se encuentra en planta y, si todo continúa igual, es probable que le den el alta médica a finales de esta semana.
 
El mismo viernes día 12, mientras mi padre era intervenido quirúrgicamente en el Hospital de Can Ruti, y yo esperaba pacientemente en la sala de espera hasta que nos viniesen a buscar para informarnos de cómo se encontraba y poderle ver, tuve que marchar de urgencia para llevar a Regina al hospital de Sabadell por un intenso y constante dolor en un costado, que le hacía imposible beber ni comer nada, ya que le causaba aún más daño, causándole el vómito. Estuvimos toda la tarde en un box, sin poderle medicar por el embarazo más allá de un paracetamol y alguna bolsa de agua caliente para calmar los síntomas. Al final acabó ingresando y fue medicada con morfina, paracetamol y suero, mientras iban controlando que la situación del bebé fuera estable. Continuó ingresada hasta la tarde del martes.
 
Así que simultáneamente tenía a dos personas esenciales en mi vida en situaciones muy diferentes, claro, pero ambas con un comprometido estado de salud. Por un lado mi padre, que había sido operado a corazón abierto, y que no pude verlo hasta el día siguiente a la operación, cuando abrieron las puertas de la UCI a las 8:15 de la mañana del sábado 13 de junio, y que sólo podía visitarlo a ciertas horas del día. Por otro lado, Regina, que sufría un cólico renal que le impedía alimentarse y que de continuar durante más tiempo podía, además de perjudicarle a ella misma, provocar algún tipo de problema de nutrición al bebé, que ya de por sí le costaba coger peso.
 
Así que pasé desde el jueves día 11, el día previo a la operación de mi padre, hasta el mismo lunes día 15 de junio (festivo por ser patrón de los paletas), haciendo ruta de hospitales, estando presente todo lo posible para ver por mi mismo que todo iba evolucionando favorablemente, siempre que las pruebas que realizaban a Regina, los horarios estrictos de visitas de mi padre y mi propia fatiga, provocada por escasas horas de sueño, nervios constantes por cómo iría todo y traslados entre hospitales, me lo permitían.

Uno no es Dios, porque dicen que Dios solo hay uno y creo que entró por enchufe.
 

Gracias, Look.

Mis días de adolescencia iban quedando irremediablemente atrás. Había concluido de forma sobresaliente mi etapa de estudiante de Bachillerato y aprobado notablemente las pruebas de selectividad de acceso a la universidad. Disfrutaba de un merecido descanso veraniego cuando los primeros días de agosto del año 2.000 -mi madre, Carlos y yo- fuimos a visitar a la perrita de una conocida que había dado a luz, unos pocos días antes, a una camada de cachorros. Una semana más tarde, volvimos a verlos con la intención de quedarnos a uno de ellos.
 
Recuerdo que golpeé el suelo con las puntas de los dedos corazón e índice de la mano derecha, y al instante una bolita negra, torpe y peluda, se abría paso por encima de sus hermanos para explorar de dónde venía aquel extraño ruido. Fue entonces cuando lo tomé por primera vez en brazos y entró a formar parte de nuestras vidas.
 
Por aquel entonces, mi madre tenía 42 años, Carlos tan solo 12 y yo aún era menor de edad, 17 años. Acababa de entrar en casa un peluche regordete, explorador, travieso y juguetón. Le llamamos Look, que significa 'imagen' y 'mirar', porque todo lo imitaba, porque todo le llamaba la atención y porque no había nada que le pudieras ocultar sin que lo acabara encontrando.
 
Las primeras semanas era todo un bichillo. Cuando mi madre pasaba la fregona, se agarraba a ella fuertemente con los dientes y no la soltaba aún cuando era arrastrado por el suelo como si fuera parte de la misma. Cogió la costumbre de tragarse los calcetines de media de mi madre o los pañuelos de papel que utilizaba para sonarme la nariz. Le encantaba desayunar leche con madalenas y el paté de 'La Piara' y el jamón york eran su perdición. Dormía bajo la cama de mi habitación, donde también se escondía cuando tenía miedo de las tormentas o los petardos y cuando jugábamos a encontrarlo y entrábamos en la habitación llamándole y se quedaba quieto y callado sin hacer ruido, hasta que salía corriendo cuando veía que nos marchábamos de la habitación.
 
Un día que volvimos a casa, vimos que se había roto una botella de Bailys en el suelo y que Look, que aún era poco más que un bebé, con las patas cortas y cuerpo regordete, se había bebido gran parte del contenido y andaba por el pasillo de lado a lado, golpeándose con las paredes, mareado por el efecto del licor. Estuvo algún día con diarrea, pero se aficionó de qué manera al Bailys porque siempre que le ofrecías un dedo impregnado de esa crema se volvía loco en rechupetearlo.
 
Fue creciendo y tuvo que cambiar de refugio. Lo halló debajo del escritorio de mi habitación, donde colocamos una colchoneta y esa fue su caseta durante muchos años. Cuando me marché de casa por estudios y, posteriormente, por trabajo, Look siguió guardándome el sitio, pasando gran parte del tiempo con mi madre por el resto de la casa y refugiándose en su 'caseta' para descansar. Aquella era su habitación, tanto o más que la mía.
 
Dormimos muchas noches juntos, compartiendo cama, incluso cuando ya estaba en ella Regina. Cada vez el 'gordo' ocupaba más espacio, se agenciaba la almohada y se tapaba con las sabanas, estirado todo lo largo que era. Se volvía loco cuando mi hermano o yo llegábamos a casa después de clase y recorría la casa entera corriendo como un poseso, con las orejas para atrás, derrapando en las esquinas y saltando en la cama o en los sofás para poder frenar. Le encantaba montarse en coche, ir de viaje con las ventanillas bajadas.
 
Fue un adolescente con mucha energía, vitalidad, cariñoso, mimoso y tremendamente fiel. Bastante sinvergüenza, también. Se las sabía todas para salirse con la suya y que acabásemos dándole la chuche que le apetecía o que cenásemos cuando ya era la hora aunque no tuviéramos hambre. Nos cuidó y mimó sin descanso. Era feliz cuando lo éramos nosotros y nos mimaba cuando pasábamos por malos momentos. Fue el mejor perro que nunca pudiéramos desear. Nos hizo la vida más fácil en muchos aspectos, actuando como válvula de escape en muchas ocasiones, y el amor que el nos dio fue infinito hasta el último segundo de su vida.
 
Nos lamía los brazos, las manos, las piernas y la cara como si no existiera un mañana. Agradecía de esa misma manera cuando mi madre le curaba las heridas y cuando le aliviaba los dolores. Veías que se quedaba mirándote a los ojos y te lamía y sabías que te estaba agradeciendo que le cuidaras. No pudimos darle suficiente entre los tres, a todo lo que él nos dio a cada uno de nosotros. Fue nuestro bebé, nuestro hijo, nuestro hermano, nuestro amigo.
 
Hemos compartido con él 15 años de nuestras vidas. Hemos crecido y cambiado con él. Ahora mi madre tiene 57 años, mi hermano 27 y yo he llegado a los 32 años. El martes 16 de junio me despedí de él, lo abracé y besé. Cuando bajaba las escaleras de casa, me di cuenta de que no iba a volver a verlo nunca más y me derrumbé. Estos últimos años hemos compartido muchos menos momentos juntos, pero ha sido muchísimo lo que hemos vivido con él estos quince años. Lo quise, lo quiero y lo querré siempre. Me lo ha dado todo. 
 
El miércoles 17 de junio sobre las 12:20 horas de la mañana, se fue para siempre. Se quedó dormido para descansar de una vida larga, buena y feliz.
 
Hace unos días leí una noticia en la web que explicaba que un niño llamado Luke Westbrook, de tres años, de Norfolk, Virginia, perdió a su perro, Moe al que lo unía una gran amistad. Su madre pensó en una idea para sobrellevar la pérdida de la mascota. El pequeño le escribiría una carta al "cielo de los perritos", algo que hicieron y para su sorpresa varios días después recibieron una respuesta a nombre del can, contando que estaba jugando todo el día.
 
El beagle de la familia Westbrook murió con 13 años el pasado mes de abril dejando una gran tristeza en la familia, pero sobre todo al pequeño Luke. El niño le dictó la carta a Moe y su madre la escribió, la puso en el buzón con la idea de recogerla después a espaldas del pequeño, pero lo olvidó. Varios días después Luke y su madre recibieron una respuesta.
 
"Estoy en el cielo de los perritos. Juego todo el día. Estoy feliz. Gracias por ser mi amigo. Te quiero mucho", decía la supuesta carta de su mascota.
 
En el remite se leía: Cielo de los perritos, nube 1.
 
La madre contó la historia a los medios y uno se encargó de investigar quién estaba detrás. Descubrió que una empleada de Correos decidió contestarle por la emoción que le había causado la carta del pequeño.
 
Ahora yo me siento como ese niño de tres años. Lo echo ya mucho de menos y siempre estará presente en mi vida. Con el nacimiento de mi hijo Lucas, volverá seguro una parte de él a nuestras vidas. El nombre de ambos tiene mucho de parecido, por lo que no se nos olvidará jamás.
 
Gracias por la vida que nos has dado. Siempre serás mi hermano y mi amigo. Descansa por siempre. Te quiero Looky...