En la revisión semanal del pasado jueves 23 de julio, tras la monitorización de las constantes del bebé y la ecografía, pasamos a consulta y se nos animó a ingresar esa misma tarde a las 20 horas para iniciar el procedimiento de inducción al parto, debido al poco peso estimado del bebé.
Así, esa misma tarde ingresamos en el hospital Parc Taulí de Sabadell, donde Regina fue medicada para preparar el cuello del útero durante la noche para inducirla por la mañana. Estaba previsto que el viernes 24 de julio, sobre las 7 horas 30 minutos se iniciara la medicación, pero esa mañana las salas de parto estaban al completo y no entramos en la nuestra hasta pasadas las 13 horas.
Sobre las 13 horas 30 minutos, la comadrona, llamada Meritxell, provocó manualmente la rotura de aguas. A las 14 horas comenzó la dosificación controlada de oxitocina para iniciar las contracciones con el fin de reubicar al bebé y preparar el cuerpo para el parto.
En todo momento estuvo monitorizado Lucas para saber cómo iba evolucionando y cada dos horas la ginecóloga exploraba a Regina para ver cómo se iba desarrollando la colocación del niño, la rigidez del cuello del útero así como la dilatación del mismo.
Ya nos avisaron de que el parto sería largo, ya que la duración media del mismo era de unas doce horas.
A las 20 horas hubo cambio de comadrona y la que nos asistió era también otra jovencita, llamada Júlia.
Todo se precipitó a los 00 horas 05 minutos, cuando la ginecóloga en otra exploración rutinaria sonrió y nos dijo que ya estaba todo a punto, que nos preparásemos para empujar. Me animó a ver la cabecita del bebé y después volví para ayudar a la mamá a empujar desde su espalda.
Lucas nació a las 00 horas 32 minutos del sábado 25 de julio de 2015. Día en el que también celebrábamos nuestro primer aniversario de boda. Él fue el mejor regalo que hubiéramos podido desear si nos lo hubieran preguntado días después del enlace. En el mismo instante en que lo colocaron sobre el cuerpo de su mamá, comenzó una tormenta de rayos, truenos y mucha agua. Las enfermeras salieron corriendo para ver si estaba entrando agua en los pasillos, pues la lluvia era muy intensa. No sé lo que duró, porque a partir de ese momento, el tiempo y el mundo pareció detenerse a nuestros ojos.
Pesó 2.890 gramos, así que no era tan chiquitín como se esperaba. Era larguirucho, pues midió 52 centímetros. Nos dejaron dos horitas a solas con él, disfrutando del momento, sin parar de contemplarle y tocarle, sobre el cuerpo desnudo de su mamá y dándole por primera vez el pecho.
Pasadas las 03 horas de la madrugada, nos acompañaron a planta, a la habitación 314, donde la familia esperaba impaciente, orgullosa y emocionada, después de un larguísimo día.
Lucas ya estaba aquí y no éramos conscientes todavía del cambio de nuestra vida. Nos dimos cuenta en las horas siguientes...
Así, esa misma tarde ingresamos en el hospital Parc Taulí de Sabadell, donde Regina fue medicada para preparar el cuello del útero durante la noche para inducirla por la mañana. Estaba previsto que el viernes 24 de julio, sobre las 7 horas 30 minutos se iniciara la medicación, pero esa mañana las salas de parto estaban al completo y no entramos en la nuestra hasta pasadas las 13 horas.
Sobre las 13 horas 30 minutos, la comadrona, llamada Meritxell, provocó manualmente la rotura de aguas. A las 14 horas comenzó la dosificación controlada de oxitocina para iniciar las contracciones con el fin de reubicar al bebé y preparar el cuerpo para el parto.
En todo momento estuvo monitorizado Lucas para saber cómo iba evolucionando y cada dos horas la ginecóloga exploraba a Regina para ver cómo se iba desarrollando la colocación del niño, la rigidez del cuello del útero así como la dilatación del mismo.
Ya nos avisaron de que el parto sería largo, ya que la duración media del mismo era de unas doce horas.
A las 20 horas hubo cambio de comadrona y la que nos asistió era también otra jovencita, llamada Júlia.
Todo se precipitó a los 00 horas 05 minutos, cuando la ginecóloga en otra exploración rutinaria sonrió y nos dijo que ya estaba todo a punto, que nos preparásemos para empujar. Me animó a ver la cabecita del bebé y después volví para ayudar a la mamá a empujar desde su espalda.
Lucas nació a las 00 horas 32 minutos del sábado 25 de julio de 2015. Día en el que también celebrábamos nuestro primer aniversario de boda. Él fue el mejor regalo que hubiéramos podido desear si nos lo hubieran preguntado días después del enlace. En el mismo instante en que lo colocaron sobre el cuerpo de su mamá, comenzó una tormenta de rayos, truenos y mucha agua. Las enfermeras salieron corriendo para ver si estaba entrando agua en los pasillos, pues la lluvia era muy intensa. No sé lo que duró, porque a partir de ese momento, el tiempo y el mundo pareció detenerse a nuestros ojos.
Pesó 2.890 gramos, así que no era tan chiquitín como se esperaba. Era larguirucho, pues midió 52 centímetros. Nos dejaron dos horitas a solas con él, disfrutando del momento, sin parar de contemplarle y tocarle, sobre el cuerpo desnudo de su mamá y dándole por primera vez el pecho.
Pasadas las 03 horas de la madrugada, nos acompañaron a planta, a la habitación 314, donde la familia esperaba impaciente, orgullosa y emocionada, después de un larguísimo día.
Lucas ya estaba aquí y no éramos conscientes todavía del cambio de nuestra vida. Nos dimos cuenta en las horas siguientes...
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