jueves, 25 de diciembre de 2014

Papá Noel - Diciembre 2014

Anoche se pasó Papá Noel a hacernos una visita por Zaragoza y vino cargadísimo de regalos para todos. Para mi había un puzle de dos mil piezas del pabellón dorado de Japón, como recuerdo del viaje de novios de este verano, la colección en bluray de las cuatro primeras películas de Alien, un muñeco de playmobil con el rol de ingeniero-arquitecto, una bufanda muy larga y un polar de cuadros verdes, un mando a distancia para controlar la play 3 para la reproducción de pelis, una máquina automática para atornillar y desatornillar en un santiamén, un limpiaparabrisas para el espejo del lavabo para cuando se empañe y unos calcetines gorditos.


Estupendo Papá Noel, como siempre.

lunes, 22 de diciembre de 2014

La espera

Este año ha sido un gran año en lo personal. 

2.014 ha sabido hacernos disfrutar una vida que se torció bastante el año anterior. Ha sido durante el transcurso del mismo cuando hemos vivido juntos todo el año en Sabadell y hemos podido disfrutar de prácticamente todas las comidas y cenas por la cercanía del trabajo. Nos hemos prometido (formalmente) y casado. Hemos viajado y compartido momentos muy buenos con la familia. Y estamos en un momento inolvidable en nuestras vidas.

Y es que... después de un ligero retraso de unas dos semanas, y con algunos síntomas que nos parecieron evidentes, el pasado martes, día 9 de diciembre de 2.014, nos hicimos el test. Bueno, en realidad, sólo orinó Regina en él, pero fue suficiente para obtener el resultado. ¡Positivo!. Está embarazada y en unos meses seremos papá y mamá.

Hemos tenido la primera cita con la llevadora el viernes 19 de diciembre y ya tenemos programada la primera ecografía en la que esperamos ver y escuchar al bebé. Será después de las fiestas navideñas: el lunes 12 de enero de 2.015; una fecha marcada a fuego en mi calendario... ¡Qué ganas infinitas!

Somos primerizos, y eso, combinado con unas ganas enormes de tener niños y con la euforia de todo lo que estamos viviendo como pareja, a pesar de conocernos desde hace más de catorce años y vivir juntos desde hace siete, no hemos podido esperar demasiado para dar la buena nueva. También ha ayudado a ello las constantes heridas en la boca de nuestras madres, de tanto morderse la lengua por sus ganas irrefrenables de contárselo a todo el mundo.

Espero que el próximo año, 2.015, continúe siendo inolvidable.


PD: Contando a partir de la última menstruación, que fue el pasado domingo 19 de octubre de 2.014; la llevadora nos ha explicado que estamos de casi nueve semanas y que la fecha prevista para el parto (40 semanas) es el 25 de julio de 2.015; ¡justo nuestro primer aniversario de boda! ¡¡¡Es taaaaaan fuerte!!!


miércoles, 10 de diciembre de 2014

Regresión vital

La vida es una constante cuenta atrás. Los afortunados creen que llegaron al mundo con una barra de pan bajo el brazo, o eso se dice. Pero para todos, la realidad es la misma. Todos llegamos a este mundo con un reloj biológico, quién sabe si predefinido o no, y el tiempo va disminuyendo desde el momento en que nacemos. Ese pudiera ser el motivo por el que nuestro acto reflejo tras arrancarnos del útero sea el llanto. Aunque para los recientes padres sea motivo de alivio escuchar ese berrido.

El reloj de arena gira de repente y empiezan a caer los primeros granos de arena, los primeros minutos de una vida que jamás volveremos a tener. El presente no existe. Vivimos constantemente del momento pasado, ya vivido, y pensando en lo que ha de venir. Nuestra mirada al futuro es una sucesión de cuentas regresivas. Primero son nuestros padres los que son conscientes de nuestras primeras "cuentas atrás". Esperan el momento en el que empezamos a hablar, a gatear, a andar, a ir a la guardería, comenzar el colegio, hacer la comunión, iniciar el curso y acabarlo.

Con los años, nos hacemos dueños de esa espera y deseamos o intentamos evitar, según el caso, que lleguen esos momentos futuros, contando el tiempo que falta para vivirlos: la llegada de las vacaciones, la vuelta al cole, el final del instituto, el comienzo de la universidad, el primer beso, la primera menstruación. Todos vivimos de los recuerdos del pasado y de la espera de un futuro relativamente cercano. Cuando el reloj de arena llegue a su fin, no volverá a girar para iniciar una nueva cuenta atrás. Al menos, no para nosotros mismos. Pero de esa espera no somos conscientes hasta que no padecemos una grave y terminal enfermedad o somos tan ancianos que los primeros recuerdos quedan muy lejos y el futuro inmediato nos deja de importar.

Vivimos contando los días que quedan para que llegue un día festivo, para irnos de viaje, para festejar una boda. Son objetivos a corto plazo que empañan la realidad de una vida demasiado corta para vivirla sin más. No podemos esperar a que lleguen esos días, porque una vez que pasan, ya es pasado y perdemos una oportunidad de oro para disfrutar de cada instante de nuestra vida.

A pesar de ello, tengo otra cuenta atrás en mi vida y, en ésta, quiero degustar al máximo cada granito de arena.